jueves, 29 de septiembre de 2011

sin rumbo capítulo 11 :)

Gritar eso era lo único que podía intentar, era lo único que me consolaba en esos instantes pero ni eso me conseguiría salvar.
Tras unos minutos más de pánico me calmé un poco y me di cuenta de que quizás mi única salida sería meterme en su propio juego.
No sería nada fácil, pero al fin y al cabo ¿solo querían divertirse no?, pues yo les daría juego o al menos eso les haría creer.
Tras hora y pico en silencio, me destaparon la boca y le dije a uno de ellos que necesitaba hablar.
Debía empezar por convencerles de que de verdad quería divertirme con ellos y sobretodo que podían confiar en mí, aunque no sabía si esta decisión me saldría cara.
-Bueno, ahora que ya estoy más calmadita vamos a pasar nos lo bien, ¿por qué para eso me habéis traído no?
-Pero ¿tú no tenías miedo?
-Hombre todos los días no me pillan por detrás, me atan la boca y me llevan por ahí ,así que es normal que estuviera algo asustada, pero ya me he dado cuenta de que esto es lo que necesito una noche de diversión, y encima con dos tíos ¿qué más puedo pedir? Eso sí, nada más de venditas en la boca que no veas como agobia.
-Me gusta como piensas y desde luego así nos lo pones mucho más fácil, aunque no se si fiarme de ti, por ahora la boca no te la tapo, pero no hagas tonterías, porque sino si que vas a pasarlo mal.
Realmente esas palabras me asustaron pero ahora no podía echarme atrás, debía apostarlo todo, pero sin cometer errores.
Llegamos a una especie de hotel de carretera, era un poco tétrico, pero parecía acogedor.
Pedimos una habitación para tres y en el ascensor el más alto de los dos y aparentemente el más mayor, me dejo las cosas bien claras:
-Bueno guapa ahora sí que no quiero tonterías, como intentes escapar, llamar a alguien o pedir auxilio, no solo lo pasarás mal, te arrepentirás de haber nacido. Eso no quita que podamos divertirnos juntos.
-Claro, no soy tonta y quiero pasármelo bien, así que no tendréis problemas.
- Tú as lo que te pidamos, y no seremos malos contigo.
Madre mía solo el pensar lo que se me venía encima, me aterrorizaba, debía jugar bien mis cartas o pasaría una noche en el infierno.
Entramos en la habitación, echaron la llave por dentro luego apagaron todos los móviles, estaba claro que no se fiaban de mí.
-¡Empieza la fiesta!Grité mientras me quitaba los zapatos y bailaba por toda la habitación.
Ellos mientras tanto tan solo me miraban atónitos.
-Bueno ¿y el alcohol? una fiesta sin bebida no es lo mismo, les dije con una gran sonrisa en la boca.
-Yo iré a por él, dijo el más mayor mientras habría la puerta.
Bueno ahora la cosa estaba más fácil, estaba con el más jovencito, y había observado que junto a la ventana había un árbol por el que podría escaparme, ahora tenía unos veinte minutos, para pensar como entretenerlo y conseguir huir sin que el otro se diese cuenta.
Tras cinco minutos sin parar de pensar encontré la solución, eso sí tendría que meterme muy bien en mi papel.
-Bueno guapo ahora que estamos solos vamos a aprovecharlo, porque cuando venga tu amigo no será lo mismo.
Me abalancé sobre él y no pare de besarle hasta acabar tirándole contra la cama.
-Bueno amiguito ami me gusta llevar el control así ¿qué te parece si ahora tu eres el que debe obedecerme?
-Bueno si no eres muy mala conmigo lo acepto, dijo mientras no paraba de reir.
Le vendé los ojos mientras le besaba, cogí una de las tollas las até y con suavidad se las puse en las manos, al principio protestó, pero lo susurré:
-No es más que parte del juego.
-Bueno voy a coger un par más de cosas, vuelvo enseguida, no seas malo.
Corrí hacía la ventana y me deslicé por el árbol, pero justo en ese instante vi como el otro aparcaba el coche, había tardado menos de lo que pensaba, no me daba tiempo a huir sin que me siguieran, ¿ que podía hacer?...