Sin rumbo :) capítulo 4

Fue una sensación extraña la que sentí mientras le observaba, nos miramos durante varios minutos mientras nuestras sonrisas se hacían cada vez más pícaras.

Ninguno de los dos dijo palabra, era como si con la mirada nos lo dijéramos todo, era la primera vez que me ocurría eso con un chico.

Pero de repente la voz de Maite interrumpió nuestra interesante batalla de miradas, y antes de que me diera la vuelta, para dirigirme hacia el cuarto de mi amiga, se acercó lentamente y sus labios se posaron en mi oído, y de su boca tan solo salieron estas dulces palabras: Carlos, ese es mi nombre, y no necesito saber el tuyo para soñar esta noche contigo.

Y sin más se alejó, dejándome helada ala vez que confundida y emocionada.

Mi cuerpo se quedó inmóvil durante unos segundos, mientras, mi cabeza reconstruía la situación. Tras esto reaccioné  y por fin abrí la puerta de mi amiga, la cuál estaba cansada de esperar, pues llevaba un rato llamándome, pero de mi boca tan solo salieron estas palabras:

 -¿Tienes un hermano?

-Si Carlos, no te lo había dicho.

-No, como se te ocurre ocultarme esa información y sobretodo con lo guapo que es.

-¡Otra igual! siempre que lo veis decís lo mismo, pues ami no me parece guapo.

-Es normal, es tu hermano, pero realmente está muy bien. ¿Cuántos años tiene?¿Tiene novia? Ya sabes hazme su ficha completa.

-Tiene 17, y respecto a lo demás no me interesa así que si quieres saber algo más sobre él pregúntaselo tu misma.

Maite no me había dado demasiada información así que me tocaría buscarla por mi cuenta, ya que no pensaba olvidar esos dulces ojos azules.

Después de estar un ratito más con ella me despedí y le agradecí todo lo que había hecho por mi, me dirigí hacia mi casa, pero nada más salir por la puerta lo volví a ver. Estaba hablando con sus amigos, pero en cuanto se dio cuenta de mi presencia se despidió y se acercó ami.

-¿Te llevo a alguna parte?

-No, no hace falta gracias.

-De verdad, dame la oportunidad de conocerte.

Yo no pude resistirme y sin darme cuenta, estaba montado en la parte trasera de su moto, agarrada a su pecho, y antes de que pudiera reaccionar me dijo:

-¿Preparada para el mejor día de tu vida?