sábado, 19 de marzo de 2011

Sin rumbo :) Capítulo 5


Sentí como todo mi cuerpo se aceleraba al mismo tiempo que la moto, y mientras experimentaba  ese subidón de adrenalina, me apoyé en su espalda, me sentía súper a gusto agarrada a su pecho.
Casi me quedo dormida, pero unas palabras lo evitaron.
-¡Felicidades¡
 Me dijo mientras yo no entendía el porqué.
-¿Es tu cumpleaños no? O al menos eso me dijo ayer mi hermana.
Ni siquiera me había acordado, llevaba meses pensando que iba a hacer y con todo el follón con Peter se me había olvidado.
-Sí muchas gracias, respondí, mientras seguía dándole vueltas.
-Como cumples 15 hoy te vas a llevar 15 sorpresas.
No pude evitarlo esbozé una sonrisa aunque no tenía muy claro si era porque no me lo creía o porque esperaba que fuese cierto.
Llevábamos casi una hora en la carretera y yo no tenía ni idea de a donde íbamos.
Me dijo que estábamos apunto de llegar y que la primera sorpresa estaba cerca, pero que debía vendarme los ojos si quería verla, y sin mucho resistirme lo hice.
Pasaron unos 5 minutos cuando noté que la moto se paraba y con su ayuda  me bajé, dimos un par de pasos hasta que sentí su aliento en mi cuello y me dijo al oído:
-Aquí tienes tu primera sorpresa, estamos en mi lugar favorito del mundo, espero que te guste.
 De repente me quitó la venda y vi el paisaje más hermoso que podía haber imaginado. Había una pequeña cascada, donde se reflejaba el arco iris, a continuación un hermoso río, rodeado de un frondoso bosque con una casita a su derecha, parecía de cuento.
Me quedé sin palabra aunque mi cara lo dijo todo y él se dio cuenta.
Me cogió la mano y comenzamos a caminar hacia la casita, tenía la llave, por lo que supuse que pertenecía a su familia, y después de haber visto su casa no me extrañaba.
Dentro había una de esas típicas cestas de pínic de  película, la cogimos y volvimos a salir.
Por segunda vez volvió a taparme los ojos en esta ocasión con sus propias manos, con dulzura y cariño.
Y tras dar un par de pasos las apartó de mí.
- Voilà madam, ahí tienes su segunda sorpresa.
Había una enorme sábana azul cubierta y rodeada de pétalos de rosa, y un montón de velas aromáticas por todas partes, era maravilloso.
Cogimos la cesta y nos tumbamos, me acomodé mientras él  empezó a sacar comida, chucherías, chocolate…
Pero nuestras miradas se cruzaron, y mientras se me aceleraba el corazón nuestras bocas se acercaban lentamente, sin prisa, pero sin pausa…

1 comentario:

  1. Hola, Soy la señorita de las confesiones jeje. Para nada me importa que hagas tú tu lista,pero eso si; avísame, que me gustaría leerla.(:

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gracias por tu comentario ^^